El Cartero Cleptómano

El Cartero Cleptómano por Damián Flores

El cartero cleptómano trabaja en mi zona, no
roba toda mi correspondencia, deja en mi buzón sobres
oficiales con membretes de banco o publicidad

El cartero cleptómano sólo detiene la mirada en postales escritas a mano
y se estremece cuando en su rutina mecánica
encuentra una postal dibujada o un collage, con el
pegamento aún fresco y la huella de los dedos aún caliente

Ayer me dijo que era lo único agradable de su trabajo gris.
“Tengo álbumes llenos, pero no me vale la típica postal anodina y turística,
tiene que tener algo más del remitente, que sólo su letra escrita; no sé,
un dibujo, algún tipo de montaje o manipulación”

Pero, ¿las robas?” “Sí, pero no. Las fotocopio y al día siguiente las reparto”
Le digo que yo tengo costumbre de pintar acuarelas, ponerles un sello y enviarlas.
“¿Tú no serás Damián, de la calle de la Cabeza?” “Sí”
Empezó a reirse. “Tengo varias tuyas fotocopiadas” Yo estaba en una nube.
“¿Quieres que te ayude a aumentar tu colección?

Enviaré a mis amigos acuarelas por correo con un trato: que me respondan con postales de 10×15, escritas
y dibujadas” “¿Tú crees que responderán?” “Cuando les cuente tu historia seguro que se animan,
porque le pasa como a tí y a mí, que están hartos de abrir el buzón y sólo ver correspondencia aburrida, mecánica y
externocleidamantoidea”

La conversación anterior con mi cartero la tuve en la primavera del 2006.
A la semana, ya envié la primera acuarela a uno de mis amigos, tras dos años de envíos
postales ya tenemos, mi cartero y yo, dos álbumes (de los de antes, gordos y bíblicos) llenos de postales.

Poco a poco (son muchas, uf…) vamos a ir publicándolas en esta sección.
Espero que os gusten.

Firmado y sin acuse de recibo,
El Cartero Cleptómano y Damián Flores Llanos